Pepe ya es un héroe para el madridismo
EL BERNABÉU coreó su nombre tras el gol del central,que fue directo al banquillo para dedicárselo a Mou
José L. Calderón, Marca • Madrid
El Bernabéu fue un clamorcon Pepe. Pocas veces un jugador recibe un reconocimiento tan unánime y atronador como el que la afición blanca concedió ayer al central. Por un instante, el portugués se colocó a la altura de ídolos como Raúl, Zidane, Iker o Cristiano. Jugadores que han recibido la máxima distinción que el coliseo blanco concede: ponerse en piey rendirse a un jugador.
Eso es lo que vivió ayer Pepe, su ascensión a la condición de símbolo del madridismo. Así lo decidió el Bernabéu por mayoría absoluta.Todo se desencadenó tras el gol quemarcó en elminuto 70. No fue un tanto decisivo, la culminación a una remontada loca al estilo City. Fue el cuarto en un partido visto para sentencia desde hacía tiempo. Pero dio lo mismo. Daba la sensaciónde que el Bernabéu estaba esperando el momento de tributarle un homenaje a Pepe. Había ganas y el momento llegó tras sugol.El portugués marcó un bonito gol cabeceando en plancha una falta lanzada por Xabi — el Madrid no marcaba a balón parado desde el pasado mes de febrero — y entonces estalló la grada. “¡¡¡Pepe,Pepe,Pepe!!!”, retumbóel estadio.
El reconocimiento del madridismo fue brutal, de los que ponen los pelos de punta, de los que consagran a un jugador e nel olimpo de los más grandes. Posiblemente Pepe, que no marcaba desde el 6 de noviembre de 2011 ante Osasuna, no lo saborease como hubiese querido porque se le pasaron muchas cosas por la cabeza. Y quizá, también, por lo inesperado.
El central se levantó del suelo y se metió el dedo gordo en la boca. Su primera dedicatoria fue para su hija, nacida hace pocas semanas. Luego lo celebró con sus compañeros y acto seguido se pegó una larga carrera hasta el banquillo. Allí se abrazó con Mou, el hombre al que le debe mucho de lo que es hoy en el Madrid, el entrenador que le ha defendido en sus peores momentos. Mientras, el Bernabéu no paraba de corear su nombre. Cuando regresó al césped, el Bernabéu volvió a rugir.
Fue entonces cuando Pepe alzó una mano en señal de agradecimiento, pero se había perdido lo mejor. Seguramente, alguien le pasará el audio y las imágenes de lo que ocurrió en realidad. Ese documento es para guardarlo. Fue el día en que el Bernabéu se rindió ante él.